Entrevista de La Contra de La Vanguardia a Michel Odent, cirujano y obstetra, por Ima Sanchís, 5/7/2005:
Tengo 75 años. Nací cerca de París y vivo en Londres. Estoy casado y tengo dos hijos y dos nietos. Soy cirujano, pero me convertí en experto en partos. En el mundo falta la energía del amor y ésa se adquiere al nacer: debemos dejar de perturbar ese proceso. Hay una realidad espacio-tiempo, y una dimensión más allá en la que a veces creo.
Fui uno de los primeros cirujanos en realizar cesáreas. En aquella época los ginecólogos no tenían formación quirúrgica. Cuando hice el servicio militar, en Argelia, realizaba toda la cirugía de urgencia incluidas las cesáreas. Y así fue como me interesé en cómo las mujeres dan a luz.
-Luego convirtió un hospital público en salita de estar.
-En 1962 me nombraron cirujano jefe del hospital público de Pithiviers. Allí había una pequeña maternidad con dos comadronas que me llamaban ante los casos difíciles. Juntos nos fuimos haciendo muchas preguntas.
-Eso es muy creativo.
-Me di cuenta de que las mujeres estaban muy inhibidas cuando llegaban al hospital para dar a luz.Y eso entorpece el parto. Poco a poco fuimos llevando el hogar al hospital. Convertimos una sala de partos en un saloncito de casa, sin equipos médicos visibles.
-También puso piano y piscina.
-Sí, una piscina hinchable de jardín que utilizaba para sustituir a los medicamentos cuando el parto era largo y difícil.
-¿…?
-En general, lo que hace que los partos sean difíciles es la secreción de adrenalina a causa del estrés o el frío. La oxitocina, la hormona básica del parto, es incompatible con la adrenalina. Cuando la mujer se sumerge en el agua a la temperatura del cuerpo se relaja, lo que significa que baja la adrenalina. Sucedió que algunas mujeres no tenían tiempo de salir del agua y parían en la piscina.
-¿No le gustan los medicamentos?
-Todas las hembras de mamíferos están programadas para segregar un auténtico cóctel de hormonas del amor cuando traen al mundo a sus bebés y los medicamentos sustituyen ese cóctel. Las hormonas implicadas en el parto, en particular la oxitocina, no son únicamente útiles par contraer el útero, tienen efectos respecto al comportamiento de la madre y el desarrollo del bebé.
-Cuénteme.
-Si, por ejemplo, una cabra da a luz con epidural -lo que perturba el equilibrio hormonal- abandona a su cría cuando nace. En el caso de los humanos no es tan grave porque la cultura influye, pero ¿cuál es el futuro de una generación nacida bajo los efectos de la epidural? o ¿cuál es el futuro de una generación nacida por cesárea?
-¿Y?
-La mayoría de las mujeres dan a luz sin haber segregado ese cóctel de hormonas del amor. En China, India o Brasil los niveles de cesárea están por encima del 50% y esos países representan la mitad de la humanidad. Entre las mujeres que dan a luz por las vías bajas la mayoría no llegan a segregar sus propias hormonas porque les dan medicamentos que bloquean dicha secreción. Esta situación no tiene precedentes en la historia de la humanidad.
-¿Cuáles son los problemas de las parturientas sin cóctel de amor?
-Cualquier persona experimentada le dirá que una de las consecuencias de los partos provocados es la mayor dificultad en el inicio de la lactancia. La madre tendrá también más dificultades en crear el vínculo con el recién nacido.
-También segregamos oxitocina cuando nos enamoramos.
-Sea cual sea la faceta del amor, está implicada la oxitocina. Pero el nivel más elevado de secreción que una mujer es capaz de producir en su vida es justo después del nacimiento de su bebé. Es importante comprender que la sexualidad es un todo: en el acoplamiento sexual, el parto, la lactancia, están implicadas las mismas hormonas. Si perturbamos de manera habitual un episodio de la vida sexual estamos influyendo sobre el resto de nuestra vida sexual. Hay algo curioso…
-…
-Los antropólogos confirman que, en las culturas en las que la sexualidad está fuertemente reprimida, la mujer da a luz con dificultad. En el momento del parto se da una redistribución de los receptores hormonales cerebrales tanto en la madre como en el bebé: son periodos críticos que hay que aprender a respetar.
-Usted ha fundado un centro para estudiar ese periodo crítico y sus consecuencias en la salud en la vida posterior.
-Sí, lo que llamamos el periodo primario, que incluye la vida fetal hasta el año. Todos los estudios demuestran la gran correlación que existe entre lo que ocurre en el periodo primario y las enfermedades de adulto. Sobre todo afecta al ámbito de la sociabilidad.
-¿La agresividad?
-Sí. Dicho de otra manera, afecta a la capacidad de amar, tanto a los demás como a uno mismo. La salud en gran manera se determina durante la vida fetal. La manera como nacemos tiene efectos para toda la vida.
-¿Qué más ha descubierto?
-La importancia del entorno material y humano cuando una mujer da a luz. La importancia del silencio, la penumbra y la necesidad de sentirse segura sin sentirse observada. Una hembra ante un depredador segrega adrenalina y no puede parir.
-En África las mujeres siguen pariendo en cuclillas y sus hijos no son más amorosos. -Las africanas son precisamente las que perturban más la fisiología del nacimiento. Muchas creencias dificultan los partos, sobre todo la fase que va del nacimiento del bebé a la expulsión de la placenta, que es la fase en la que la mujer libera la mayor cantidad de oxitocina. La oxitocina es también la hormona necesaria para expulsar la placenta sin pérdida de sangre. Si se respetara el proceso se evitarían miles de muertes por hemorragia.
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OTRA MANERA
Las doulas son madres que han pasado por el proceso de parir, amamantar y criar, y que están convencidas de que hay otra manera de hacerlo. Están en perpetua formación. Para ellas (Marenostrum Centre de Salut Familiar) ha venido a dar un curso el doctor Odent, conocido como obstetra por haber introducido en un hospital público francés los partos en el agua. Es también el fundador del Primal Health Research Center, en Londres, cuyo objetivo es el estudio de la correlación entre el periodo primario (desde la concepción hasta el primer cumpleaños) y la salud y el comportamiento posterior en la vida. Es autor de 11 libros, traducidos a 21 idiomas: “Al parir, las mujeres segregan un cóctel de hormonas del amor. Pero hoy ese proceso es inhibido.”