La negociación entre terapeuta y cliente, el saber con quién tratamos, la empatía y la neutralidad con su historia de vida, confieren al vínculo terapéutico un mayor poder sanador y una mayor libertad de decisión.
Tras finalizar los estudios universitarios de FISIOTERAPIA y REHABILITACIÓN y después de los primeros años como profesional sanitario en diversos centros hospitalarios, sentí la necesidad de profundizar en mi formación como terapeuta manual en vistas a iniciar el proyecto de trabajar en mi propia consulta, en el sector privado.
La OSTEOPATÍA, disciplina que no sin esfuerzo se va abriendo camino, constituye la base fundamental de mi filosofía como terapeuta:
La comprensión de la complejidad de nuestro organismo y de las dinámicas de sus funciones en continua interacción e interdependencia, es lo que impulsa mi necesidad de profundizar en el estudio de la ANATOMÍA y la FISIOLOGÍA humana, para progresar en un trabajo corporal más holístico o global, profundizando en los distintos niveles o sistemas corporales, según sean las necesidades requeridas.
Por otra parte, y siguiendo el principio de la estrecha relación CUERPO / MENTE del ser humano, la experiencia diaria en consulta me ha enseñado que es deseable procurar que las relaciones que establecemos con nuestros clientes puedan permitirnos cierta trascendencia al sentido mecánico de la mejora, mantenimiento o recuperación de sus funciones, para así ofrecer un contexto terapéutico que genere ese área de confort necesaria para la apertura de un espacio seguro en el que la expresión de las EMOCIONES contenidas a nivel somático puedan ser integradas dentro de su totalidad como ser humano.
La escucha, la quietud, la no invasión unilateral en el sistema corporal, son principios que la OSTEOPATÍA BIODINÁMICA nos propone, como un revulsivo a la cada vez más creciente institucionalización de la especialización fragmentada del conocimiento humano y las relaciones de poder que a menudo establecemos en el ámbito de la salud.
Ana Araque
Fisioterapeuta / Osteópata
